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Las redes sociales se han convertido en un medio de comunicación casi indispensable tanto para el entretenimiento como para el trabajo. Nuestra vida sucede allí. A través de estas plataformas compartimos todo tipo de contenidos: imágenes, archivos, conversaciones.
La netiqueta, netiqueta o etiquetas online son un conjunto de reglas que rigen el comportamiento en línea para garantizar una navegación divertida, amena y evitar problemas.
Estas reglas rigen todas las formas de interacción que existen en el ciberespacio, como correo electrónico, foros, blogs, sitios web, salas de chat, redes sociales y otras aplicaciones y herramientas en Internet.
La netiqueta es promovida por los usuarios para facilitar la convivencia en las redes sociales, evitar conflictos y comentarios negativos que puedan afectar a cualquier usuario y poner en riesgo su honor, privacidad y autoestima en el mundo virtual. Sin embargo, no penalizan el comportamiento del usuario en Internet, sino que proporcionan una guía sencilla que indica la forma ideal de convivir en el entorno online.
Las normas de etiqueta online han sido útiles para el desarrollo de posteriores códigos oficiales, como Confianza Online o el código de calidad de Atiendes, la Asociación de Comercio Electrónico. Incluso la Ley de Servicios a la Sociedad de la Información (LSSI) tiene algún sustento basado en códigos de netiqueta.
Antes de la pandemia, la tecnología era una industria que mostraba un crecimiento sostenido de más de 2%. El año pasado, se aceleró a 5.5% y para 2021, IDC espera un alza de 7.7%. Una tendencia que requiere también más contrataciones. Entre los puestos de más demanda se encuentran los de desarrollo de productos, computación en la nube, ingeniería, datos e inteligencia artificial. Sin embargo, los trabajos de rápido crecimiento pierden la paridad de género, según datos de un nuevo informe de Linkedin.
El informe Gender Gap de LinkedIn, publicado en mayo, sostiene que las brechas de participación y salarial son más frecuentes en roles que requieren habilidades tecnológicas que el mercado considera ambiguamente “disruptivasâ€, en referencia a tener conocimiento sobre full stack (programador senior), desarrolladores, ingenieros de datos e ingenieros de la nube.
También muestra que existe una disminución de 0.5 puntos porcentuales en la cantidad de mujeres contratadas para puestos de liderazgo durante la pandemia en áreas de desarrollo de software y servicios de TI, servicios financieros, atención médica y manufactura; lo que deja al sector tecnológico con un porcentaje de participación femenina de 28%.
Por ejemplo, actualmente las mujeres representan 14.2% del universo de la fuerza laboral que se dedica al cómputo en la nube. En el caso de roles de datos e inteligencia artificial, son 32.4% del total, 0.1 puntos porcentuales menos que en febrero de 2018.
“Las mujeres no están bien representadas en la mayorÃa de los roles de rápido crecimiento, entonces estamos acumulando problemas de representación de género aún mayores a medida que salimos de la pandemiaâ€, advierte Natalia Fabeni, senior News editor de LinkedIn Latam.
Explica que estos roles son esenciales en el desarrollo tecnológico y para su implementación en el mundo y que es necesario incorporar las voces y perspectivas de las mujeres para que un universo más grande esté representado en esta etapa “fundamentalâ€, sobre todo ahora que la pandemia aceleró la digitalización de prácticamente todos los sectores.
Fabeni recomienda a los centros de trabajo que en sus procesos de reclutamiento se enfoquen en las habilidades y potencial de las candidatas y no solo de su experiencia laboral directa y calificaciones formales.
“En los próximos años, espero que la gente pase de vernos como una empresa de redes sociales, a vernos como otra empresa. En muchos sentidos, el metaverso es la máxima expresión de la tecnología social”. Son las palabras de Mark Zuckerberg, CEO de Facebook, que dan una importante pista sobre la dirección que tomará internet en los próximos años.
En este sentido, las grandes compañías tecnológicas, como la propia Facebook, están invirtiendo ingentes cantidades de dinero para ser los primeros en desarrollar un metaverso plenamente funcional. Pero ¿en qué consiste esta revolución?
El metaverso es un universo paralelo en el que los usuarios podrán trabajar, hacer sus compras o interaccionar entre ellos de la misma forma en que lo hacen en la realidad. Algo así como un videojuego de hiperrealidad, que utilizaría la tecnología actual (realidad virtual, inteligencia artificial, etc.) para acercarse lo más posible a la vida física de las personas.
Aunque pueda parecer muy novedosa, la idea del metaverso ya se exploró hace años, a través del juego en línea Second Life. Esta comunidad experimentó una gran popularidad en la década de los 2000, y permitía a sus usuarios navegar por un mundo imaginario e interactuar con el resto de usuarios en línea, a través de un avatar. Aunque su base de usuarios ha ido cayendo con el tiempo, este universo paralelo todavía tiene grandes aficionados, que generan alrededor de 60 millones de dólares cada año vendiendo sus creaciones en el juego.
La creación de un metaverso adaptado a las tecnologías actuales promete cambiar por completo nuestra forma de entender internet. Por eso, las grandes tecnológicas se pelean por ser las primeras en lanzar un espacio que pueda dominar la industria en las próximas décadas. Además de Facebook, Sony y Epic Games se aliaron hace meses para empezar a desarrollarlo, con una inversión de 1.000 millones de dólares.
Humane, un interesante startup fundada por ex empleados de Apple y Microsoft, presentó anoche su AI Pin al mundo. Un dispositivo discreto y pequeño impulsado por inteligencia artificial y con un objetivo claro: liderar la carrera entre los gadgets que quieren sustituir al teléfono móvil.
El problema puede ser que varias empresas se lanzan a la carrera sin saber exactamente dónde está la meta. ¿Cuáles son las limitaciones reales de un teléfono inteligente? ¿Cuántos de estos productos los solucionan? ¿Qué problemas resuelven?
AI Pin y su concepto. Un pin repleto de tecnología, con funcionalidades básicas de teléfono y una pequeña proyección virtual que actúa como panel. La idea es inusual, única e interesante. Este pequeño PIN le permite recibir llamadas a través de la red móvil, responder mensajes, capturar imágenes y realizar funciones gracias al asistente de voz integrado con IA. Casi, casi un teléfono.
Pero no es un teléfono, aunque quiera costar tanto. $699, más una suscripción de $24/mes (mínimo $288/año). Quizás el elevado coste de un dispositivo que no soluciona lo que los teléfonos llevan años intentando solucionar: tenerlo todo, absolutamente todo, en el bolsillo.
El AI Pin no tiene una pantalla AMOLED de más de seis pulgadas para ver Netflix. Tampoco tiene un sensor Sony IMX de varios megapíxeles que pueda capturar lo que quieras. Ni siquiera podrás ajustar la temperatura de color de la proyección para leer cómodamente las noticias o leer un libro.
No hay ningún problema con eso, pero para vencer al teléfono, puede que no sea suficiente ofrecer un uso radicalmente diferente (y mucho más limitado) del mismo. Quizás el plan sea evitar perder funcionalidades y ganar algunas otras.
Netflix crece y ahora va por el mercado de los videojuegos
Netflix fue la primera empresa en arrancar la era del streaming. Pero la llegada a la competencia de gigantes como Disney y Amazon está frenando su crecimiento, aunque su último reporte trimestral ha sido menos catastrófico a lo que se esperaba en Wall Street .
Los ingresos de la empresa aumentaron 19% en comparación al año pasado y agregaron a Netflix 7,300 millones de dólares a sus ganancias. Esto gracias a que la compañía cerró el trimestre con 209 millones de nuevos usuarios de paga.
En total, la compañía tiene 1,540 millones de usuarios activos, un 9% más que los registrados en 2020, por encima de lo previsto. Las acciones de la compañía se mantuvieron sin cambios tras el anuncio.
“Todavía estamos en los primeros días de la transición del consumo lineal a streaming. La transmisión representa sólo el 27% del tiempo de pantalla de televisión de Estados Unidos, en comparación con el 63% de la televisión normal, según Nielsen”, señala la empresa a su carta a inversionistas, donde les asegura que el terreno por recorrer aún es fructífero, aunque admite que más diverso.
El argumento de que Netflix ha estado compitiendo con la televisión regular y otros streamers durante mucho tiempo pasa por alto el hecho de que nuevos rivales, como Disney+ y AppleTV+, son mucho más baratos que Netflix. Y aunque esos servicios producen muchos menos productos originales que Netflix, parecen estar compitiendo muy de cerca con la empresa de Los Gatos, California.
El estudio que incluye la empresa en su carta a inversionistas recoge que el 2% de los usuarios de streaming en EU se ha ido a Disney+, mientras que 8% del mercado se ha ido a ‘otros streamings’.